"EL PROBLEMA DEL CAMPO NO ES LA MANO MIGRANTE, SON LOS PRECIOS"

 

EN BASE A ESTE VÍDEO PUBLICADO POR "FUNDACIÓN ENTRETANTOS", ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL SISTEMA ALIMENTARIO EN BASE A LOS COMENTARIOS DE LAS PRODUCTORAS:

https://www.youtube.com/watch?v=avnpCke0sik

 

“La agricultura es la que nos suministra de toda la verdura, toda la fruta. Al fin y al cabo la parte importante de nuestra alimentación.”

La agricultura/ganadería es el sector primario, el primer sector, a lo largo de la historia el más importante dentro del sistema socioeconómico de cualquier civilización que quiera presumir de serlo. La producción alimentaria debería ser el principal motor de la economía, sin ninguna duda. La sostenibilidad de cualquier estado/país/región se basa en la capacidad que tenga para dar de comer a su población.

 

“La finca tiene 14 has y a fresas, frambuesas y arándanos tengo dedicadas 3´5 has. Hasta que poco a poco pueda ir ampliando. Desde que empecé en 2014 hasta ahora prácticamente he tenido muy poquitos beneficios, todo lo que he ganado ha sido para invertir, para pagar. Este tipo de negocio tiene muchísimos gastos, para pagar a los trabajadores, y la verdad es que el precio del mercado de la fruta está escasito-bajito y la verdad es que consigues muy poco margen de beneficios.”

“Va a un intermediario, al final ese se lo vende a otro, a otro, a otro,…y claro cada vez van subiendo más los precios. Al final ni el propio cliente sale aventajado. Al final el cliente paga lo más grande. A lo mejor por una tarrinita de nada (arándanos), a lo que me han pagado a mí el kilo está pagando él una tarrinita de 125gr. Lo que siento es impotencia. Es que no está en mis manos poder solucionarlo, no sé cómo se podría solucionar.”

“Nuestro problema es que cuando un consumidor paga por un kilo de fresa 15€ en el lineal y se le achaca esa subida de precios: la subida de la mano de obra, la subida de los plásticos un 40%, el envase, el transporte, el gasoil, la luz,… Cuando todo eso ocurre es mentira. Todos esos gastos que hemos dicho que ha subido los ha pagado el agricultor, y el valor añadido al que se está vendiendo esa fresa más cara por esos motivos se lo está quedando el que está vendiendo la fruta, en este caso las grandes superficies o el que vende la fruta nuestra.

El gran error de base del sector alimentario es el modelo de producción, el modelo de negocio. En este primer caso, por su condición de mujer, joven, primera vez en el sector, se pudo acoger seguramente a un paquete completo de subvenciones para emprender e implantar una empresa agrícola. Con la tremenda ventaja además de tener una finca en propiedad de 16has (sin gastos de compra/alquiler). Hasta aquí todo bien. Cuando un gobierno ayuda a implantar nuevas actividades a su sector principal no hay mucho que reprochar. ¿O sí? Depende del modelo que promuevan esas subvenciones.

Las necesidades son : gran inversión en infraestructuras y su mantenimiento, grandes gastos en mano de obra, gran volumen de regadío, grandes gastos en embalajes, gran producción y gran capacidad de distribución/comercialización. La consecuencia es un gran problema. Con una producción grande, la búsqueda de un intermediario es obligatoria por la incapacidad de poder vender directamente al consumidor o a pequeños comercios. Así que lo habitual es buscar a alguien que pueda dar salida a toda la producción porque no te da tiempo para realizar esa parte comercial. ¿Qué implica esto? Dependencia de un especulador. Alguien que, visitándote 3 ó 4 veces al año, con una mesa, una silla, un teléfono y un ordenador gana más dinero que tú, trabajando muchísimo menos.

Dependencia de quien te marca precios en base a un mercado especulativo, demasiado fluctuante y globalizado que desde la producción es imposible controlar, ni siquiera muchas veces conocer. Por lo tanto, puedes tener un volumen muy alto de producción y unos precios tan bajos que la rentabilidad se esfuma entre la red de intermediarios. Y llega el día en el que ves en la línea del supermercado que tu producto se vende 6-8-10 veces más caro que lo que a ti te pagan por él. Pero bueno, como a ti te salen las cuentas para ir sobreviviendo pues tiras para adelante. Ya mejorará, piensas. Ni se te ocurre fijarte en el precio/hora que cobras por tu trabajo, o en la calidad de vida que puedas tener. Ya mejorará, piensas.

Entonces llega un día que en otro país, u otra región, producen lo mismo que tú a un precio más barato por factores diversos (mano de obra más barata, facilidades desde la administración, grupo de inversión potente, mejor adaptación al clima, mejora genética del cultivo, acuerdos estratégicos entre estados para eliminar aranceles,…). Es entonces cuando la competencia consigue bajar el precio en el mercado. Así que si quieres dar salida a tu producto tienes que vender más barato. ¿Qué implica esto?

Tus costos de producción van a ser los mismos, éstos no se deprecian (ni el crédito del banco, ni los precios de los embalajes, ni la mano de obra, ni el regadío, ni el mantenimiento de infraestructuras). Y, además, esas subvenciones que tan buen empujón te dieron para emprender se convierten en una cadena, pues tienes que cumplir una serie de variables impuestas cronológicamente y si no lo haces tendrías que devolver el dinero otorgado a fondo perdido (cerrarías el negocio y deberías dinero, la ruina). Por lo tanto, si gracias a las fluctuaciones del mercado ganas menos por kilogramo de fruta, necesitarás producir más fruta para ganar más dinero para poder cubrir tus costos y te verás obligado a seguir creciendo. La política del crecimiento ilimitado. Y esto solo acaba de una manera más pronto o más tarde, llega una crisis que no te esperas y te ves arruinado. Los límites del crecimiento, ¿os suena el concepto?

Ahora bien, pensando en desprenderse del intermediario, ¿sería posible vender de manera directa todo ese volumen de producción? La respuesta es no. ¿Entonces? Aquí está el asunto. Si lo que te genera problemas es el tamaño de tu negocio lo que tienes que hacer es bajar el tamaño de tu negocio. Y, sobre todo, si vas a empezar de cero, empieza con poquita cosa.

Pondré un ejemplo con los arándanos, algo que hice en su momento. Llegar a una plantación de 1.000 plantas de arándano que vendía a un solo intermediario y necesitaba de mano de obra temporal sin contrato y malpagada. Esta era la situación. Y conseguir, un año después (tras vender la mitad de la plantación a alguien que quería seguir creciendo), obtener más beneficios produciendo solo con 500 plantas, trabajando la mitad, realizando todas las tareas solo el titular, seleccionando el fruto con más mimo y vendiendo directamente al consumidor a no más de 50kms de distancia. Es más sencillo de lo que parece.

El problema del sector primario es el modelo que tiende siempre al crecimiento, a la deuda y a la dependencia. La solución está en el tamaño. El tamaño importa.

 

“Nosotros queremos hacer un llamamiento de ser compatriota, pero de ser compatriota en consumo. Nosotros no entendemos cómo en Francia, cuando entra en producción la fresa francesa con la española, los franceses no miran el precio de la fruta, lo que miran es que sea de su país.”

“Es (como problema) la concienciación de las personas cuando van a comprar, que sepan que deben comprar productos sobre todo primero español. Segundo que sea, en vez de macrogranjas, si se fijan ya hay mucha trazabilidad, de que sea de ganadería extensiva.”

Si hay algo que aporta fuerza al sector primario francés, y lo digo por mi experiencia allí, es la cooperación dentro del sector primario francés. Cosa de la que aquí, generalizando, carecemos.

Los mercados alimentarios de calle en Francia siguen vigentes a día de hoy por una concienciación del consumidor de apoyar su propia economía local. ¿Patriotismo? ¿Nacionalismo? Puede ser. Sentido común más bien. Cosa que aquí, generalizando, no pasa.

La legislación. Para las pequeñas producciones los requerimientos sanitarios, incluso en ganadería y transformación láctea (más “peligrosa” en cuanto a la sanidad), y de infraestructura son mucho más flexibles. Por puro sentido común, saben que no deben cargarse su tejido productivo alimentario porque esto les fortalece y les protege. Cosa que aquí, generalizando, no pasa.

 

“El problema del campo no es que venga mano de obra extranjera. El problema del campo es la burocracia, son los bajos precios que nos pagan. Los problemas del campo son otras cosas.”

“El primero (problema) es la burocracia, para nada nos ayudan, al contrario, muchas veces nos atosigan.”

La burocracia. Esa constante que ralentiza y dificulta cualquier proceso legal en el estado. Funcionariado excesivo y acomodado, clase política excesiva y acomodada, falta tremenda de interrelación entre distintos departamentos, lentitud, política interna frágil, planes estratégicos estructurales a 4 años vista,… Primero hay que descomplejizar la burocracia y luego hay que analizar si hay un modelo de país unitario.

 

“El sector primario es el único que no le pone precio a su trabajo. Eso es, vamos, un crimen lo que se está haciendo.” “El sector que estamos dándole de comer a la gente que sea el único que no le pone precio a su trabajo, eso es indignante.”

“Una vez le dije a una persona que el día que el ganadero o el agricultor se pusiera a trabajar y a producir solamente para él mismo y no produjera para los demás, a ver de qué iban a comer los demás.”

La falta de dignificación del medio rural, esa visión de persona atrasada, que no ha avanzado tecnológicamente. ¿Quién no se ha reído del “cazurro del pueblo” en la televisión, en el colegio? Ese “cazurro” es el mismo al que no le hace falta leerse un libro para identificar toda la vegetación de su entorno, que conoce las fuentes de agua, los ritmos de la vida natural, el lenguaje de las nubes, la adaptación a los ciclos naturales, cómo producir alimentos y sobrevivir, trabajar duro,…

Lo más indignante, lo que menos dignifica a la sociedad del consumo es que no otorguen la dignidad que se merece a quien produce lo que comemos. La alimentación es imprescindible para la vida y ¿así se valora a quien la produce? O empezamos a valorar cuáles son nuestras necesidades o seguiremos perdiendo calidad de vida. Otra cosa ya será entrar a valorar, el modelo de producción, la PAC, la calidad/seguridad alimentaria,…pero aquí entran en juego la política, la industrialización, el modelo económico y el modelo de estado.

Producir alimentos requiere entender que es un medio y un modo de vida. Aunque si este sistema de producción no está equilibrado entre el esfuerzo que supone y lo que se recibe a cambio (no solo en lo monetario), nadie querrá dedicarse a ello.

 

“Nosotros, por lo menos nuestra organización agraria, lo tiene muy claro. Queremos denunciar nuestros problemas, que no tienen que ver lógicamente los trabajadores y menos los inmigrantes que nos vienen a darnos su trabajo.”

“El problema del campo no es la mano de obra que viene extranjera. Hay otros muchos grandes problemas en el campo.”

El sector primario a día de hoy es imposible sin mano de obra extranjera. Los sueldos en general son exiguos y los trabajos temporales en el sector agrícola. En la ganadería los trabajos suelen ser más estables por el tipo de actividad. La cuestión es que son trabajos duros, malpagados para lo exigentes que son en cuanto a horas y esfuerzo y, en demasiadas ocasiones, bajo malas condiciones. ¿Quién quiere trabajar así? Pues los más necesitados. Por lo general, inmigrantes que buscan legalizar su situación mediante la promesa de un contrato y poder ganarse la vida dignamente.

Seguramente los trabajadores que aparecen en el vídeo tendrán sus contratos y sus asuntos en orden, no lo dudo. Y hay parte del sector primario que lo hace bien. Ahora bien, que el sector primario es un pozo sin fondo de dinero sin declarar (toda la vida ha sido así), inmigrantes ilegales bajo condiciones deplorables (jornadas de 12 horas, 6-7 días a la semana, durmiendo en cuchitriles) y abusos de todo tipo no es algo que se deba obviar. Lo he visto, unas cuantas veces, no se me puede negar.

Se ha dado una gran discusión sobre la viabilidad de la hostelería si tuvieran que pagar sueldos justos a los trabajadores del sector y ofrecerles jornadas legales dentro del marco laboral. Con el sector primario pasa lo mismo. Si no se puede cumplir con la legislación laboral quizás no se pueda seguir adelante con negocios que no pueden contratar bajo condiciones dignas.